El colchón en el que dormimos cada noche, es el artículo de nuestro hogar que tiene un uso más intensivo, ya que permanecemos en él prácticamente 8 horas al día. Este uso continuo, hace que poco a poco, sobre todo los materiales del acolchado, sufran poco a poco el deterioro y la deformación que el cuerpo ocasiona, mientras dormimos.
El uso de un topper hace que sea éste el que reciba un mayor desgaste y deformación por el peso del cuerpo y por lo tanto que sea el topper el que se deteriore más rápidamente por el uso. Además, al ser una capa de material extra que se le añade al colchón, actúa como una barrera adicional que impide que la humedad que el cuerpo genera durante las horas de sueño, pase al colchón y lo dañe.
Durante las 8 horas que pasamos en la cama cada día, en un colchón de medida doble puede haber unos 2 millones de ácaros aproximadamente, además de piel muerta y otros agentes, que pueden hacer que la higiene de nuestro descanso, se vea comprometida, si no usamos los medios higiénicos adecuados para protegerlo.
Un topper actúa como una barrera física que impide que los ácaros, las bacterias y las manchas, penetren en nuestro colchón, protegiéndolo durante mucho más tiempo.
Además, suelen ser desenfundables, lo que facilita el lavado de sus fundas, cada vez que sea necesario. Esto nos permitirá contar con una mayor higiene en la superficie de descanso.
Para todos estos casos, un topper con materiales adecuados, puede hacer que el colchón que tienen, se adapte mucho mejor a las características concretas de sus usuarios.
Es una forma más económica de renovar tu colchón
La opción de colocar un topper sobre el colchón, puede aliviar de manera puntual ciertos males provocados por envejecimiento de tu colchón,resulta, en casos concretos, más económico que el cambio del colchón completo. Sobre todo cuando debemos cambiar el colchón antes de tiempo, debido a un mal mantenimiento del mismo o a una elección errónea de éste.